La Danza Contemplativa, a través de sencillas coreografías, nos va conduciendo poco a poco a la quietud interior, al silencio y a la serenidad, pudiendo llegar a convertirse en una oración.
Nace de la tradición cristiana pero cualquier persona con inquietud espiritual puede enriquecerse de este camino de silencio y oración.
“Yahvé tu Dios está en medio de ti,
¡un poderoso salvador!
Exulta de gozo por ti,
te renueva con su amor;
danza por ti con gritos de júbilo,
como en los días de fiesta.”
Sofonías 3, 17-18
EN LA DANZA CONTEMPLATIVA...
... el alma tiende hacia el cielo, mientras nuestros pies están anclados firmemente en el suelo. Se establece un puente entre el cielo y la tierra.
La Danza Contemplativa es una humilde respuesta al Amor, a la Fuente que nos habita.
Es también la expresión de lo que se mueve en el interior humano. Unas veces es una acción de gracias, otras una petición, en otras aparece la humildad, el abandono, el saberse sagrado... todas las actitudes del que se sabe transcendido, inundado de Alguien que es más grande que sí mismo.
En la danza contemplativa el alma bendice continuamente al hermano, a la hermana. Se admira del Misterio que es la otra persona. Su limitación es transcendida y puede verse en último término quién es la persona que tengo al lado, hijo e hija de un mismo Dios.
La danza es un anuncio de la alegría, la paz, las relaciones de igualdad, de respeto y de hermandad a que estamos llamados/as.
Es nada más que un pequeño laboratorio donde se practican nuevas actitudes que después pueden trasladarse a la vida cotidiana. Es un lugar donde beber, alimentarse de la oración y de una forma profunda de relacionarse, desde el corazón.
“El Señor me hace desbordar de gozo,
y mi Dios me colma de alegría,
porque me ha vestido
un traje de liberación,
y me ha cubierto
con un manto de salvación,
como novio que se pone la corona
o novia que se adorna con sus joyas.”
Is 61,10
PASO A PASO
El paso de la relajación a la meditación profunda y a la oración es una experiencia personal e intransferible. Cada uno lo hace en su momento, a su ritmo.
En general las danzas son movimientos sencillos y lentos que se van repitiendo para favorecer su pronta asimilación y poder así profundizar en la experiencia que conlleva.
LA ESPIRITUALIDAD EN LA DANZA CONTEMPLATIVA...
La Danza Contemplativa recoge su nombre de la vía mística del cristianismo, la Contemplación. Quedar absortos en el misterio de Dios. Donde todo se detiene. Nada se echa en falta. Todo lo plenifica.
La Danza Contemplativa nace de la tradición católica pero está llamada a no adorar a Dios aquí o allá, con esta tradición o aquella, sino a que el templo sea la propia persona. Y en la intimidad de ese templo, en el fondo de su corazón, adorar al Dios que la habita (Jn 4, 19-24; 1Cor 6,19).
Por tanto, toda persona es sagrada y ante toda persona nos descalzamos porque pisamos terreno sagrado. Orar ante el Sagrario debería llevarnos a orar ante el Sagrario del hermano, de la hermana.
“La embriaguez espiritual consiste para el hombre en estar colmado de más dulzura sabrosa y de alegría de lo que su corazón y su deseo pueden desear y contener. La embriaguez espiritual produce muchos extraños efectos. Mientras que unos cantan y alaban a Dios por exceso de alegría, otros derraman abundantes lágrimas en el gozo de su corazón. En otros se manifiesta por una agitación de todos los miembros que les fuerza a correr, a saltar, a bailar”
Ruysbroeck
A veces la persona teme, rechaza o ignora que hay una Presencia que la habita.
“Tarde te amé, oh hermosura tan antigua y tan nueva, tardé te amé. Estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba y en mi torpeza me lanzaba sobre las cosas hermosas que Tú creaste. Estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Apartado estaba de Ti por aquellas cosas que de no estar en Ti no existirían. Clamaste y me gritaste para quebrar mi sordera; lanzaste sobre mí relámpagos y rayos de luz y ahuyentaste mi ceguera. Exhalaste tu fragancia, la respiré y ahora suspiro por Ti. Te saboreé, y ahora estoy hambriento y sediento de Ti. Me tocaste y me abrasé con tu paz”
San Agustín.
La danza contemplativa no pretende quedarse en un éxtasis egocéntrico sino que, como cualquier otro tipo de oración, es un medio para encontrarse con Dios, sentir su amor y después, con la mente clara y el corazón dispuesto, ocupar nuestro lugar en el mundo. Transmitir desde ahí la Buena Noticia que se nos ha dado: con la palabra, la danza, el trabajo cotidiano, la vida familiar, el compromiso político, social... empapándolo todo del amor con el que se nos ha colmado.
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado
para dar la buena nueva a los pobres,
para curar los corazones desgarrados,
y anunciar la liberación a los cautivos,
a los prisioneros la libertad.
Me ha enviado para anunciar
un año de gracia del Señor.”
Is 61, 1-2a
A TRAVÉS DE LA HISTORIA...
Todas las culturas han utilizado la danza como medio de comunicación con aquello que transciende al ser humano, cada una a su modo. Así también las religiones incluyen de una forma u otra la danza.
En la Biblia la costumbre del pueblo hebreo de danzar a Yahvé queda manifiesta en numerosos pasajes. Por ejemplo, tras atravesar el mar Rojo, “María, la profetisa, hermana de Aarón tomó en sus manos un tamboril y todas las mujeres la seguían con tamboriles y danzando” (Ex 15, 20).
A lo largo de la historia del cristianismo se ha danzado y aún se danza, más frecuentemente en culturas donde el cuerpo es más aceptado y está más integrado como obra amorosa y gozosa del Creador, allí donde la influencia de la dicotomía cuerpo-mente no desprestigió al cuerpo.
Sabemos que danzaba el pueblo, pero que también lo hacían los sacerdotes, monjes y obispos. Así mismo, sabemos de santos y santas que expresaban con el movimiento su fervor hacia Dios.
La recuperación de la danza como expresión religiosa en nuestra sociedad occidental ha tenido mucho que ver con la revalorización del cuerpo en el siglo XX. El cuerpo como lugar de vida, lugar de expresión y lugar de gozo.
Está tomado de http://www.danzacontemplativa.com/
GRUPOS DE DANZA CONTEMPLATIVA EN LA Z.A.
Los días miércoles a las 5:30 p.m y a las 8:30 p.m. hay grupos de Danza Contemplativa. Te invitamos a participar.
En la Casa de Oración "La zarza Ardiente" Av. Dos de Mayo, cuadra 11. Puerto Maldonado -Perú. Las sesiones duran 60 minutos.
Hemos tenido ya un primer taller de Danza contemplativa, con las danzas iniciales, más básicas y sencillas, para que nadie se sienta incapaz de danzar para el Señor. "Si puedes caminar, puedes danzar".
Han sido unas 80 personas, en tres talleres. Les invito a quienes han participado que puedan comentar su experiencia, y así animar a otras personas!!!! Estamos programando un Taller de Profundización, posiblemente para octubre del 2010. Ya les avisaremos!!!
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