Somos un Grupo de Oración y de Sanación en la Ciudad de Puerto Maldonado -Perú-, ya cercanos a la frontera con Bolivia y Brasil. Somos católicos, vinculados a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario.
Nos reunimos para orar los días martes a las 8:00 p.m. en la Casa de Oración "La Zarza Ardiente" en la Cuadra 11 de la Av. Dos de Mayo.
Además tenemos 17 pequeños grupos -"células"- donde nos reunimos una vez a la Semana para orar y compartir la Palabra de Dios.
Tenemos inspiración Carismática, y nos gusta alabar a Dios con alegría.
También hemos iniciado dos grupos de oración-danzante o danza contemplativa, los días miércoles a las 5:30 p.m. y a las 8:30 p.m. en el mismo local
Visión
Queremos que la Zarza Ardiente sea un lugar de encuentro con Dios, de sanación, alabanza, descanso, sabiendo compartir nuestros bienes, liderando la evangelización en nuestra Región, gracias a la formación de líderes de la Iglesia Católica. Transmitimos, a través de la Palabra de Dios y la oración, experiencias y conocimientos que enriquecen el espíritu y que son útiles para nuestra vida, estando dispuestos a extender redes familiares también a otros lugares.
Misión
La Zarza Ardiente es una comunidad católica inspirada en principios éticos y valores cristianos, difusora de la nueva evangelización y promotora del cambio social; dedicada a la alabanza, la oración y sanación integral mediante un encuentro personal con Dios, su Palabra y los Sacramentos, promotora de líderes espirituales con capacidad de compartir y resolver problemas fundamentales inherentes al ser humano y a nuestra sociedad.
Nuestra Historia
La formación de este Grupo de Oración y Sanación se remonta a una iniciativa del entonces párroco de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Fr. Daniel Wankun o.p., quien, después de participar en un Retiro Internacional para Sacerdotes, dirigido por el P. Raniero Cantalamessa, en enero del 2005, siente el encargo de iniciar un Ministerio de Sanación en la parroquia a su regreso en Puerto Maldonado. La experiencia manifiesta del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés de dicho año fue la confirmación de ese encargo, transformándose ese pequeño grupo que había iniciado formalmente sus reuniones unas semanas antes, en uno más numeroso, cuyo objetivo era aprender a orar, mejorar en su oración, orar por sanación y curación de amigos y familiares, sanarse espiritualmente (sanación interior) y también en su cuerpo (curación), comprender y afrontar desde la fe las realidades del dolor, el sufrimiento y la enfermedad, y servir a los más necesitados. Por ese motivo celebramos nuestro aniversario en la Fiesta de Pentecostés.
El nombre de “Zarza Ardiente” se debe a una vivencia de la presencia de Dios durante un momento de adoración eucarística en uno de los primeros retiros de este grupo, junio del 2005, en la que, al igual que Moisés, fuimos invitados a “descalzarnos” ante Él, y el fuego de su Espíritu, como fuego que no se extingue, nos regaló carismas y dones que hemos puesto al servicio de la Iglesia. Los inicios del grupo estuvieron marcados por tres notas muy características: la intensidad de la alabanza, la libertad para hacerla y la vivencia de formar parte de una comunidad. Dios nos permitió poder expresarle nuestra alabanza de forma libre y espontánea, pero con un solo corazón que hacía que viviéramos verdaderos encuentros intensos con Él, que quedaban confirmados en los signos externos e interiores de su presencia: conversiones, manifestación de los carismas espirituales, sanación interior y física, especialmente.
Conforme fue avanzando el tiempo, el grupo fue creciendo en número y también en el conocimiento de Dios, especialmente de su Palabra y de las manifestaciones del Espíritu Santo en la vida de los cristianos, y se fueron creando los diferentes ministerios o servicios necesarios para poder brindar a las personas una experiencia de oración profunda. En el año 2007, gracias al generoso apoyo de la Asociación del A.H. Dos de Mayo, la parroquia recibe en calidad de sesión de uso el local comunal donde de forma regular realiza sus reuniones este grupo de oración, por ser parte de la parroquia. Las Asambleas, cada vez más numerosas, nos motivaron a ofrecer nuevos espacios de esta vivencia de oración que son las células o “Zarcitas” que intentan crear en cada una de ellas esa primera experiencia de comunidad, alabanza y libertad vivida al inicio de la formación de este grupo. En ellas, la Palabra de Dios y la alabanza son el núcleo de los encuentros, y buscamos de esa manera que ese fuego de Dios, esa Zarza Ardiente, arda en cada corazón y transforme así nuestro mundo.